¿Qué es Fair Trade y cómo se aplica en la industria del café?

Detrás de cada taza de café que te tomas hay varios factores que sirven para saber cuánto debes pagar en la cafetería o por la bolsa que llevas para prepararlo en casa.

Entonces, a cada sector que participa en la industria cafetera le corresponde recibir su pago respectivo; un ingreso que permita que el comercio de café se mantenga.

Si lo analizamos, este modelo se puede replicar en la mayoría o todos los productos que consumimos diariamente.

En el caso del café, el 70% de café que se cultiva en todo el mundo proviene de pequeños caficultores. Ellos reciben una pequeña parte de todo el dinero que se mueve en la industria. Ante esta situación, con el Comercio Justo o Fair Trade se busca apoyar a los cultivadores de manera que producir café sea más rentable.

En este blog encontrarás qué es el Fair Trade, cómo se aplica en la industria cafetera, cuánto dinero extra reciben los caficultores y los desafíos que se le presentan al desarrollo del Comercio Justo.

¿Qué es Fair Trade?

El Fair Trade o comercio justo es una estrategia empresarial que da prioridad a las personas y a la sostenibilidad social, económica y medioambiental de la sociedad. Además, con el Comercio Justo también se intenta construir una cultura de consumo responsable.

El Comercio Justo permite a los pequeños productores organizados acceder directamente al mercado en condiciones justas y equitativas. También pretende garantizar que los trabajadores agrícolas y artesanales tengan unas condiciones laborales adecuadas, bajo el pilar del respeto de los derechos humanos y laborales.

Para saber cómo se aplica este modelo a la industria cafetera, primero debes saber cómo se mueve esta industria, particularmente la cadena de valor donde participan los actores que son el foco del Fair Trade.

¿Cómo llega el café a tus manos? Cadena de valor del café

Los productores de café venden a empresas comerciales que están distribuidas por todo el mundo y comercializan diversidad de alimentos en los que se incluye el café. Por ejemplo, Olam Internacional, Louis Dreyfus Group y Volcafe.

Estos comerciantes envían el café verde al tostador, quien es el fabricante de café en el país consumidor. Además de tostarlos, el fabricante también empaca los granos y resulta un producto listo para que sea comprado por consumidores. Una parte del café se transforma en café molido, instantáneo o en polvo de cafeína para otros productos.

El mercado de café molido tiene características de oligopolio, es decir, pocas empresas venden, lo que les permite controlar las ventas como si fuera un monopolio. Son marcas fuertes, que consiguen establecer precios de venta al público elevados.

Luego, el café se vende en tiendas minoristas que en muchos países están organizadas en cadenas concentradas. Es decir, empresas multinacionales que dividen los procesos de producción en otras empresas en otras regiones para ahorrar dinero. Es decir, en general, dentro de la industria cafetera es complejo llegar a distinguir quienes son los pequeños agricultores y cuánto dinero podrían recibir de la última transacción de la cadena.

Cadena de Valor del café.

¿A qué dificultades se enfrentan los pequeños productores de café?

Más de 20 millones de cultivadores de café producen alrededor del 70% del café en el mundo. Lo suelen hacer en pequeñas plantaciones de entre 2 y 5 hectáreas.

Como lo que produce cada agricultor o familia es muy poco, no les resulta rentable invertir en máquinas o el equipo necesario para moler, tostar, empacar y distribuir el café cosechado. Entonces, como tampoco suelen tener medios para transportar el café hasta los procesadores, dependen de terceros o intermediarios, quienes podrían establecer un precio arbitrario al momento de comprar y transportar la carga de café.

La cadena del café pasa de millones de cosechadores a un número menor de compañías dedicadas a tostarlo y molerlo y finalmente un puñado de grandes compañías se apropian de un gran porcentaje de la venta de café en el mundo.

Además, hay causas históricas que repercuten en las dificultades económicas de los caficultores.

Impacto del Acuerdo Internacional del Café de 1983

El comercio de café se configuró durante el periodo de Guerra Fría a través del Acuerdo Internacional del Café (AIC), que daba a los países productores la posibilidad de establecer cuotas para estabilizar los precios a un nivel elevado. Es decir, encontrar puntos de equilibrio entre la cantidad de café que se exportaba y la que se consumía para que el precio de venta del café se mantuviera competitivo. Lo que se buscaba era que una alta demanda de café no fuera suplida en su totalidad, de manera que el precio de mercado fuese mayor.

Al mismo tiempo se creó un fondo para la promoción del consumo de café. O sea, ante precios altos es fácil que el posible comprador pierda interés, pero se invirtieron aproximadamente 100 millones de dólares con fines propagandísticos que incentivaron la compra de café.

Según un estudio del 2004, el AIC en la práctica era una herramienta para transferir recursos a los países productores aliados del mundo occidental. Por esta razón, cerca de la mitad de los ingresos totales del café fueron a parar a estos países productores, y la mayor parte fue a parar a los gobiernos nacionales y no a los caficultores.

El AIC colapsó en 1989, lo cual supuso una caída de hasta el 85% de los ingresos de los países productores. Desde entonces el precio del café es más volátil.

A estas dificultades propias del mercado se le suman otros factores adversos como los cultivadores que desisten del café como medio para obtener ingresos y deciden emigrar a ciudades en búsqueda de mejores ingresos. También la afectación que genera el cambio climático, ya que la altitud mínima en la que pueden crecer algunos tipos de café como el arábico incrementa constantemente por los cambios de temperaturas.

Fair trade en la industria del café

El sistema de Comercio Justo permite que los consumidores puedan realizar una especie de donación a los agricultores a través de la compra de un paquete específico de café, los cuales podemos identificar por el sello de Fairtrade.

Esta forma de adquirir productos es una tendencia cada vez más amplia gracias al creciente interés de los compradores de café por el impacto que tiene su consumo más allá del distribuidor final, o sea, en los productores. Pues la mayoría de los cultivadores de café son familias que pueden llegar a vivir en pobreza extrema.

Además, el precio del café es volátil, puede pasar años comercializándose a un precio muy bajo, pero un movimiento en otra industria puede hacer que su precio incremente. El café deja de ser rentable para quienes se dedican a cultivarlo cuando su venta apenas cubre los costes de siembra y cosecha.

Luego de que compramos el café con certificación Fairtrade, sabemos que apoyamos al pequeño cultivador. Sin embargo, ese dinero debe también llegar a cada integrante de la cadena del café.

El Fairtrade hace que los pequeños cultivadores se organicen en grupos de venta, conocidos como cooperativas. De esta forma pueden eliminar los intermediarios o plantear un precio competitivo, así como comprar equipos para moler o tostar el café.

¿Cuánto cuesta el café Fair trade?

Por parte de las compañías u organizaciones que compran café a pequeños productores, deben pagar un precio mínimo fijo, independiente de cuanto baje el valor mundial. Los valores son de 1.40 dólares por libra de café o 1.70 dólares por la libra de café orgánico. Estos precios se han mantenido por encima de los precios de mercado, que se promedian en 1.11 dólares.

La diferencia no supera los 60 centavos de dólar en el caso del café orgánico o 29 centavos de dólar para el café normal, pero puede suponer una diferencia de más de 1.500 dólares para un hogar de pequeños cultivadores cuyo ingreso al año sin tener en cuenta ningún incentivo quizás se limite a 4.500 dólares al año.

Las empresas compradoras también pagan 20 centavos adicionales por libra de café. Entonces, un caficultor que vende una carga de 200 libras de café debe recibir 280 dólares y 40 dólares adicionales, para un total de 320 dólares.

¿A dónde va el ingreso extra del Fair trade?

Se pretende que este ingreso sea destinado directamente a un fondo comunitario de los miembros de la cooperativa, quienes decidirán que uso le darán. Sin embargo, por lo menos una cuarta parte del fondo debe invertirse para mejorar la productividad, con el objetivo de que puedan generar mayores ingresos a largo plazo.

Además de las normas de precios, Fairtrade estipula que los compradores deben proporcionar contratos a largo plazo, así como pagos por adelantado antes de la cosecha.

Desde 1998, las ventas de café Fairtrade han generado más de 600 millones de dólares en beneficios financieros para los agricultores, incluyendo 200 millones destinados a los fondos comunitarios.

Criterios que cubre la organización Fair trade

La organización responsable del sello de Comercio Justo también busca involucrarse activamente en los siguientes aspectos integrales a la producción de café. Al mismo tiempo pueden suponer ítems de evaluación para determinar la continuidad o retiro del sello a una cooperativa.

  • Detalles organizativos
  • Problemas medioambientales
  • Uso de fertilizantes
  • Condiciones laborales
  • Trabajo infantil.

Origen del sello Fair Trade

Durante el siglo XX crecieron movimientos que procuraban por el “comercio justo” en tanto a los ingresos de los pequeños cultivadores. En 1988, se fundó en Países Bajos “Max Havelaar”, reconocida generalmente como la primera organización del sello Fairtrade.

A Max Havelaar siguieron otras organizaciones como TransFair Deutschland, Trans Fair USA y Max Havelaar France. Estas, en 1997, establecieron la organización sin ánimo de lucro Fairtrade Label ing Organization International, la cual fija normas no solo para café, sino otros productos básicos.

Ten en cuenta que la entidad Fairtrade no compra, tuesta o vende café.

Para que un paquete llegue a tener este sello, todos los eslabones de la cadena de producción deben estar certificados por la organización Fairtrade.

Beneficios del café Fairtrade

Los diversos estudios que aíslan el Comercio Justo a una perspectiva únicamente económica, con teorías y visiones propias de ese campo, llegan a las conclusiones de que puede no ser rentable. Sin embargo, otros estudios apuntan a cómo sí ha sido beneficiosa la implementación del Fairtrade para las comunidades.

Desarrollo de las comunidades

Un estudio de 2018 encontró que la prima social (los 20 centavos adicionales por libra de café) destinada a la inversión comunitaria podría resolver problemas en la prestación de servicios públicos para las comunidades que se dedican a cultivar café. Por ejemplo, la prima puede utilizarse para financiar escuelas, infraestructuras como instalaciones de procesamiento y formación de los agricultores.

Un ejemplo de esto se da en Costa Rica, donde las regiones donde existen cooperativas certificadas tienen mayores tasas de escolarización.

Acceso a alimentación

El Fairtrade también proporciona a las familias participantes un mayor grado de seguridad alimentaria. Esto hace frente a las intenciones de emigrar de algunas familias.

Los ingresos adicionales también suponen un apoyo o alternativa a los programas estatales que buscan llegar a la población más vulnerable, pero que a veces se quedan cortos.

Impacto medioambiental y Fairtrade

El incentivo económico que les supone a los pequeños agricultores el Fairtrade, les permite prolongar practicas ecológicamente responsables para cultivar café.

Gracias al comercio justo, los pequeños agricultores invierten tiempo y energía para mantener sistemas de infraestructura que controlen la erosión en sus parcelas de café. Otras prácticas son aumentar la filtración del agua y mejorar la diversidad de hábitats de las aves y la vida silvestre.

Todo esto como parte del cumplimiento del compromiso que exige la organización FairTrade para respetar el medio ambiente. Es decir, atentar contra el ecosistema o no procurar su conservación puede hacer que pierdan la certificación.

Desafíos del café Fairtrade

Contrario a lo que puede suponer una idea muy popular entre los consumidores, el sistema de comercio justo tiene defectos o retos de fondo.

Garantizar que la mayoría de la producción sea FairTrade

Si bien las cooperativas venden su café a un precio por libra más alto, no hay garantías de que toda la producción sea vendida con el sello Fairtrade. Los agricultores venden entre el 20 y el 30% de su producción bajo el sello.

Esto significa que aun cuando el objetivo de fijar el precio del café es proteger a los pequeños productores y garantizarles mejores ingresos, en realidad las cantidades comercializadas varían según el comportamiento del mercado global de café. Por ejemplo, FairTrade espera que un caficultor reciba 1.500 dólares adicionales por año, pero este no exportó lo suficiente porque no hubo suficiente demanda, así que la cifra objetivo no se llega a cumplir por las dinámicas del mercado.

Según un estudio del 2010, el Comercio Justo puede fracasar por pretender estar “dentro y fuera del mercado al mismo tiempo”.

Impacto real del dinero extra

Otros estudios del mismo año llegan incluso a la conclusión de que el dinero extra producido por el café Fairtrade no tiene ningún impacto en los ingresos de los agricultores, ya que los precios bajos no son el problema, sino la baja productividad de los pequeños agricultores.

De hecho, el efecto de Fairtrade en la vida de los agricultores parece tan pequeño, que muchos de ellos no son conscientes de que forman parte de una cooperativa certificada.

Inflación

El precio mínimo garantizado del comercio justo, prácticamente invariable desde el inicio del movimiento, no llega a los productores y ha perdido valor a causa de la inflación. En algunos casos, la cantidad que reciben ni siquiera cubre sus costes de producción.

Costos desproporcionales por tener sello FairTrade

Desde 2004, los agricultores que pertenecen a cooperativas de FairTrade pagan tasas de auditoría y licencia a la organización. Estas tasas suelen estar en función del tamaño de la cooperativa, pero no son proporcionales a las cantidades producidas o vendidas.

Ya que la venta de café se sigue ajustando a las dinámicas del mercado y el porcentaje de cosecha que se distribuye bajo el sello FairTrade no llega a ser el 50%, para una cooperativa grande, pero que no produce lo esperado y solo el 10% llega a venderse con sello, participar en la organización le generará un sobrecosto injustificado.

Fairtrade USA: ¿Rebeldía o inclusión?

Inicialmente, el sello Fairtrade para el café se limitaba a los pequeños productores. Con el fin de ampliar el alcance de Fairtrade, Fair Trade USA quería que la certificación estuviera disponible para las plantaciones, es decir, para las grandes explotaciones que dependen de la mano de obra empleada.

La organización rechazó esta idea y Fair Trade USA se separó en enero de 2012 y llevó a cabo su iniciativa “Fairtrade for All”, centrada en el crecimiento e incluyendo las grandes plantaciones de café.

Aunque ahora son instituciones separadas, siguen funcionando casi igual. Se mantiene incluso el precio mínimo del café.

Fair Trade USA reconoce efectivamente la certificación Fairtrade, es decir, la base de agricultores de Fair Trade USA incluye todas las cooperativas certificadas por la organización original más las plantaciones certificadas por Fair Trade USA.

Conflictos internos

El Comercio Justo sigue dentro de las dinámicas de un mercado global amplio y dentro de la organización Fairtrade hay dos formas de concebir la iniciativa.

Una se alinea con el caso de Fairtrade USA, entendido como el desarrollo del comercio justo a partir de la inclusión de más y mejores empresas; mientras la otra está enfocada en los pequeños cultivadores y suponerles un apoyo.

Estas tensiones entre las alas del movimiento que se dedican a analizar y tomar decisiones a partir, o no, de las dinámicas del mercado han dado lugar a diferencias sobre las estrategias y los objetivos a largo plazo de FairTrade.

Participación de grandes empresas

Debido a que transnacionales como Starbucks, Procter & Gamble y Chiquita valoran estructuralmente el precio y el beneficio, sus motivaciones para entrar en el comercio justo están fundamentalmente en desacuerdo con las de entidades que se consideran alineadas al principio de Fairtrade, como Equal Exchange Coffee o la Day Chocolate Company.

¿Cuánto más caro es el café Fairtrade?

Por lo general, las marcas de café prefieren introducir nuevos productos con certificación, en lugar de añadir el sello de Comercio Justo a los productos existentes.

Por esto, la comparativa entre precios de las dos versiones de café no es precisa. Sin embargo, sabemos que debemos sumarle poco más de un dólar.

Por ejemplo, en Amazon se puede comprar café regular a un precio que ronda los 13.5 dólares para paquetes de 12 Onzas (340g), mientras que esa misma cantidad con el sello Fairtrade ronda los 15 dólares.

A continuación, encontrarás cuánto más caro son los cafés de Comercio Justo, descafeinados y orgánicos respecto al café normal en Amazon.

Café FairtradeCafé descafeinadoCafé orgánico
+1.2 dólares+0.35 dólares+0.85 dólares

Activismo como impulso del café Fairtrade

Los grupos de consumidores activistas son una plataforma importante para educar a los compradores sobre el “comercio injusto” y ampliar la demanda de productos de comercio justo.

Las campañas y protestas de ONG como Global Exchange también exponen las prácticas de empresas como M&M/Mars, que todavía no han eliminado el uso de mano de obra esclava o infantil forzada en la cosecha de cacao para su chocolate, y que hasta ahora se han negado a participar en el comercio justo.

El activismo también puede ser un importante contrapeso al poder de los intereses corporativos de las grandes compañías que buscan entrar en el sistema de Fairtrade.

Vigilancia ciudadana para controlar el Fairtrade

El Comercio Justo puede ser visto como un movimiento social. Sin embargo, la entrada de grandes empresas, principalmente con intereses comerciales que quieren utilizar el Fairtrade como una herramienta que mejore su imagen corporativa, puede producir un choque de dos puntos de vista opuestos.

Así que el control ciudadano también es necesario para proteger la integridad del sistema de comercio justo y del propio sello.

Sus objetivos son identificar y responsabilizar a la organización Fairtrade cuando apruebe su sello a una compañía con intereses corporativos que pasen por encima de los pequeños cultivadores.

De esta forma pueden evitar que el sello sea capturado y utilizado indiscriminadamente por las empresas.

Conclusión

Al comprar productos de comercio justo, nosotros como consumidores contribuimos sin duda a generar importantes beneficios sociales para los agricultores y apoyar una alternativa de mercado más asequible.

A medida que más personas conozcan y se comprometan con el comercio justo, más productores y comunidades tendrán acceso a estos beneficios.

La economía mundial, a diferencia del precio fijado por Fairtrade, no es estática. Los medios de ingreso de los productores campesinos de todo el mundo siguen viéndose en problemas a pesar de los esfuerzos del Comercio Justo.

Sin embargo, esta alternativa puede ser mucho más justa de lo que es actualmente. El crecimiento del sistema de comercio justo ha generado profundas contradicciones que, si no se remedian, amenazan con eliminar la legitimidad del sello, su eficacia e incluso su futuro.

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