Un Cafecito: La historia detrás del Café de Cuba

Cuba es un país lleno de historia y tradición, de hecho, beber café es una de esas tradiciones que han acompañado a los cubanos por muchos años.

Y, es que, quién ha probado el café al estilo cubano sabe que en ese país esta bebida tiene un sabor muy característico que vale la pena probar.

Por eso, si te interesa saber cómo los cubanos toman su café, este blog es perfecto para ti. 

El “cafecito” cubano

Al café cubano se le llama coloquialmente “cafecito” por el tamaño de las tazas en que se sirve, pues son bastante pequeñas.

Por otra parte, el café de Cuba tiene un sabor más fuerte y amargo debido a que los granos de café son molidos con garbanzos tostados. Esto se hace para poder rendir el poco suministro disponible.

Por lo anterior, lo normal es que la gente beba café con algún endulzante, usualmente azúcar.

Además, la espuma, que es azúcar batida con una pequeña cantidad de café se utiliza para formar una capa gruesa y espumosa que está destinada a imitar la crema presente en el café espresso.

Por su parte, las pequeñas tacitas utilizadas para servir el café, también sirven para racionarlo.

Y, esto se debe a la escasez de café que existe en la isla, así como las limitadas raciones con las que los cubanos han tenido que lidiar desde que el gobierno nacionalizó el suministro de alimentación de la nación en 1962.

Entonces, a partir de ese año, a cada habitante de la isla se le han asignado únicamente 4 onzas (113 g) de café al mes.

De esta forma, se requiere de tazas pequeñas para garantizar que el café dure por más tiempo.

El cultivo de café empezó en el siglo XVIII

El café fue introducido por primera vez en Cuba a mediados del siglo XVIII.

Posteriormente, los colonos franceses que llegaron a Cuba después de la Revolución Haitiana trajeron consigo técnicas de producción de café más sofisticadas que, aún hoy perduran en las cafeterías de la isla.

Los siglos XIX y XX

Durante casi 150 años Cuba fue uno de los mayores exportadores de café en América y, en su apogeo productivo la industria cafetera cubana exportó más café a España que a cualquier otro país.

Por su parte, los granos de arábica y robusta cultivados en los campos de café de la nación eran una parte vital de la economía cubana y un símbolo de orgullo nacional.

Entonces, como solía ocurrir en otros países, las tiendas de café se fueron convirtiendo en el epicentro cultural de la nación.

Así, la tradición de beber café en las tiendas ha tenido un gran arraigo en los cubanos; aunque, el café elaborado en casa también es muy apreciado.

La importancia de las tiendas de café en Cuba

Las cafeterías, también conocidas como “ventanitas” en Cuba, reflejan la historia que se desarrolló después de la Revolución Cubana.

Y es que, la cultura del café de La Habana tuvo su mejor época antes de la revolución de 1959.

Pues, por aquel entonces, más de un centenar de cafés florecieron en las calles de la capital del país.

Sin embargo, se dice que el declive de las tiendas de café empezó justo después de que estallara la revolución.

Además, el embargo comercial impuesto por los Estados Unidos en 1962 tampoco ayudó a la ya difícil situación de la industria cafetera cubana.

Los años 90 y la caída de la Unión Soviética

Si bien, la industria del café no pasaba por un buen momento, el apoyo de la Unión Soviética les permitía a los cubanos disfrutar de un suministro más o menos estable de café.

Sin embargo, la disolución del país soviético en 1991 supuso otro gran revés, ya que Cuba dependía de las exportaciones que comerciaba a otras naciones comunistas, lo cual hacía que tuviera pocos puntos de venta para sus productos.

De esta forma, los años que siguieron al colapso de la URSS estuvieron marcados por grandes dificultades económicas y sociales para los cubanos.

La Gran Recesión

Desde principios de la década de 1990, hasta mediados de los años 2010, el café todavía estaba disponible, pero en muy pocas cantidades.

Por lo que la escasez era la situación normal.

De hecho, en su punto más bajo en 2007, Cuba produjo sólo 7.000 sacos de café, una cifra muy lejana de los 440.000 sacos que alguna vez exportó.

La industria de café cubano en nuestros días

Con apoyo del gobierno local, la producción de café cubano ha aumentado hasta una cifra que ronda los 120.000 sacos en la actualidad.

Y, a pesar de que el crecimiento ha sido lento, lo cierto es que la producción ha mejorado bastante, tanto que las cafeterías han comenzado a resurgir.

Si te interesa saber más sobre la industria del café Latinoamericano, por qué no le echas un vistazo al artículo: ¿Por qué Latinoamérica no es la región que más café consume en el mundo?

Además, alguna vez te has preguntado ¿Cuál es la bebida preferida en América?

Preparación del café cubano

Debido a su forma de procesamiento, existen varias particularidades respecto a la preparación del café cubano.

Pues, aunque este café es en esencia un espresso, no se usa la típica máquina de espresso para elaborarlo, sino que se utiliza una alternativa diferente.

Por eso, a continuación, veremos cuál es esa alternativa, qué tipo de variantes tiene el café cubano y por último veremos cómo preparar un auténtico cafecito.

La olla moka es la principal herramienta para preparar un buen “cafecito”

El café cubano se prepara tradicionalmente en una olla moka o cafetera italiana.

Así, esta máquina es un utensilio sencillo y eficiente que elabora el café empujando el agua hacia su parte superior a través de los posos con ayuda de la presión del vapor.

De igual forma, lo usual es que el café cubano cuente con una molienda, por lo que su sabor es fuerte.

Diferentes presentaciones del café cubano

Básicamente el café cubano es un espresso dulce, por lo que las variantes de este café siempre tendrán al espresso cómo base.

Café “colada cubana”

Una “colada” es un café espresso servido en una tasa de 4 onzas que viene acompañado de mucha espuma (café batido con azúcar).

Entonces, si bien, el espresso puede tener un sabor fuerte, la cantidad de espuma que lo acompaña hace que el amargor se diluya.

“Cortadito” cubano

El “cortadito” se compone de un trago de espresso cubano que no lleva azúcar, pero en su lugar tiene leche al vapor.

Así, el “cortadito” es una versión más pequeña de un latte sin azúcar.

Café con leche

El café con leche al estilo cubano es muy similar al “cortadito”, pero en vez de llevar leche al vapor se adiciona leche entera caliente.

Esta receta tampoco lleva azúcar. 

Cómo preparar un buen cafecito cubano

Vas a necesitar

Lo que necesitas para preparar un café cubano

Lo primero que debemos hacer es preparar un espresso. Sin embargo, si no tienes una cafetera italiana, una máquina de espresso o la preparación manual también funcionarán.

Preparación de la crema o espuma de azúcar

1. Toma 1 taza de azúcar blanca y agrégale las primeras gotas de espresso de la máquina o alrededor de 1 a 2 cucharaditas del café recién hecho.

2. Después, deja que la máquina de café espresso continúe preparando mientras hace la espuma de azúcar.

3. Luego, revuelve el azúcar y el café vigorosamente hasta que la mezcla se convierta en una espuma de azúcar pálida y espesa.

4. Así, si no has hecho esto antes, tendrás que ir ensayando la cantidad adecuada de café que agregas, pues lo importante es que la espuma de azúcar esté espesa, pero goteante.

5. Finalmente, combina el espresso preparado con la espuma de azúcar y revuélvelos lentamente hasta que se combinen.

¡Listo!  solo queda que sirvas en pequeñas tazas (como las del espresso) y disfrutes del café al estilo cubano.

¿Qué tipo de azúcar utilizar?

Tradicionalmente, los cubanos utilizan, tanto la azúcar blanca, como la morena.

No obstante, debes tener en cuenta que como el azúcar morena tiene melaza, puede dar un sabor extradulce y algo quemado.

Además, la espuma del azúcar morena es más espesa, pero por lo demás, puedes utilizar la que más te guste.

Entonces, ¿se te antoja probar esta delicia típica de Cuba?

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