11 errores al preparar café que debes evitar

En términos generales, disfrutar de una deliciosa taza de café no es demasiado difícil. Hoy en día, podemos encontrar métodos y cafeteras que hacen que sea un proceso sencillo y rápido. Sin embargo, si queremos de verdad tener un buen café, hay varios aspectos a los que tenemos que prestar atención. A veces, por varios motivos, puede que no nos quede tan bien como esperamos. Por eso, en esta ocasión, te mostraremos los errores más comunes al preparar el café. Así, podrás saber tal vez qué es lo que está saliendo mal y tenerlo en cuenta. ¡Veamos cuáles son!

No utilizar café fresco

Este es un error que puede parecer obvio, pero que igual pasa con frecuencia. Muchas veces las personas se quejan de que su café no sabe bien y no tiene nada de aroma. Pero, al revisar qué pasa, se encuentran con un café a punto de vencerse o que ha estado mucho tiempo en la estantería del supermercado. El resultado: una amarga taza de descontento.

Esto pasa porque con el tiempo, los aceites y componentes que le dan al café su aroma, se van perdiendo. Para evitarlo, revisa siempre la fecha de vencimiento y hace cuánto fue tostado. Después, lo ideal es consumirlo en un mes o menos.

Por otro lado, la frescura también se relaciona con la presentación en la que compramos el café. Es decir, si es en grano o ya molido. Realmente, la mejor manera de disfrutar una bebida con el mejor sabor y aroma, es comprando el café en grano. Este conserva mejor sus propiedades y los libera al momento de molerlo. En ese estado, se intensificarán las propiedades organolépticas de la taza y sabrá como si lo hubiera preparado un barista profesional. También podemos encontrar café ya molido, y no es que sea malo. Pero, seguramente la experiencia no será la misma.

Comprar café de baja calidad

Puede ser posible que si no tenemos una costumbre cafetera tan arraigada, hayamos crecido tomando cualquier café. O que en general estemos acostumbrados a cualquier marca que encontramos en el supermercado. El problema es que, si queremos empezar adentrarnos en el mundo del buen café, hay que empezar a pensar en su calidad.

Hay una clara diferencia entre un café de baja y alta calidad. De hecho, a muchos no les gusta el café porque tienen la imagen de una bebida oscura y muy amarga. Por eso sienten que deben agregar mucha azúcar o leche para que sepa bien. Sin embargo, un verdadero café de calidad, de hecho no necesita nada de lo anterior. En general, deberíamos poder disfrutarlo solo y sentir sus diferentes aromas.

Para eso, podemos encontrar muchas marcas de café en el mundo que son conocidas por su calidad. Otra excelente opción es buscar granos de café según su origen. Países como ColombiaBrasil, Costa Rica, Panamá, Indonesia, entre otros, son muy populares por producir de los mejores cafés.

No usar la molienda correcta para el método de preparación

Es importante que recordemos que existen diferentes tipos de molienda, y es por varias razones. Cada una resulta en un café con un aroma y sabor muy específico. Además, los diferentes tipos de cafeteras están diseñados para funcionar con ciertas moliendas. Es por eso que, si queremos tener la experiencia de tomar un auténtico espresso, no lo conseguiremos preparándolo con moliendas gruesas y en prensa francesa.

Por eso, para evitar que eso pase, recordemos qué preparación obtenemos según la molienda y la cafetera.

  • Extra fina: en esta los granos quedan con una textura parecida a la harina y se usa en la cafetera turca. La cual también es conocida como briki, y es en la que se prepara el café griego.
  • Fina: es la que se usa para preparar el espresso, así que es ideal para la cafetera express. También se puede utilizar en cafetera italiana (moka).
  • Media: es ideal para cafeteras de goteo. También existe media-fina, perfecta para usar en V60 o Aeropress.
  • Gruesa: es para métodos de preparación en la que el café necesita una inmersión en el agua, o en dónde está más en contacto con esta. Es la que se usa en prensa francesa y cold brews. También existe la media-gruesa y se utiliza en chemex.

No medir bien el café

Las proporciones son muy importantes cuando estamos haciendo el café. Si ponemos más del que es, será una bebida demasiado cargada, amarga y hasta espesa. Por el contrario, si ponemos menos, estará aguado, y sin sabor y aroma.

Puede ser que esto pase a veces cuando nos acabamos de levantar y a duras penas sabemos prender la cafetera. O si estamos muy cansados u ocupados, no le dedicamos el tiempo a medir bien las cantidades. Pero, si de verdad queremos disfrutar de un buen café, lo mejor es intentar dedicarle unos minutos a esta tarea. Además, no tiene que ser engorroso. Hoy en día podemos encontrar diferentes accesorios para medir el café de manera fácil. Ejemplos de esto son cucharas medidoras, básculas, etc.

La temperatura del agua no es la adecuada

Para este error tenemos que tener en cuenta le método de preparación o la cafetera que estemos usando. Veamos con más detalle cada uno.

Cafeteras o métodos de preparación manuales

Su principal característica es que, al ser manual, tenemos que configurar nosotros mismos los parámetros de preparación. Las cafeteras de este estilo más comunes son la prensa francesa, la V60, la chemex, la cafetera italiana (o moka), la turca o briki, etc. Para las primeras 3, desde el principio debemos usar agua que esté en la temperatura correcta.

El mayor error es pensar que el agua debe llegar al punto de ebullición. El agua debe estar a unos 92 °C, es decir, justo antes de que empiece a hervir. En ese punto, se debe retirar de la fuente de calor y proceder a hacer la extracción.

Por otro lado, para la italiana y turca, es ideal que el agua ya tenga cierta temperatura. Estas son cafeteras que se usan directamente en la estufa, así que es común esperar simplemente a que el agua se caliente. Sin embargo, esto no solo hace que el proceso sea más demorado, sino que también puede provocar sobre-extracciones y que quede más cargado.

Cafeteras eléctricas

La mayoría de las cafeteras son así y las más comunes son las de goteo, súper automáticas, máquinas de espresso, entre otras. Estas se caracterizan por ser más prácticas de usar, pues muchas de sus funciones ya vienen configuradas.

Así que no tenemos que ajustar manualmente aspectos como la temperatura del agua. Sin embargo, en estas sí debes agregar agua fría, pues están programadas para calentarla desde cero.

No usar el agua adecuada

Este es un error que casi siempre dejamos pasar, pero, hasta el tipo de agua que usamos influye en el sabor de nuestro café. Si queremos tener la experiencia de una taza perfecta y de empezar a afinar el paladar, entonces es hora de usar agua filtrada.

Claramente la opción más común es el agua de la llave. Pero, su calidad varía en muchos lugares. Así que, si tienes la oportunidad de la filtrada, mucho mejor. Una ventaja es que, actualmente, muchas cafeteras vienen con filtros precisamente para purificar más el agua y que el café quede mucho mejor. Algunos modelos recientes de neveras también tienen esta función.

No almacenar de manera correcta el café

Muchas cosas pueden ir mal si no almacenamos adecuadamente nuestro café. Por eso, es un proceso que no debemos tomar a la ligera. Actualmente, muchas marcas empacan el café en bolsas del material adecuado para que se pueda dejar guardado ahí mismo. Sin embargo, eso no las hace 100% inmunes a lo que las condiciones del ambiente le pueden hacer al café.

El principal efecto que provoca un mal almacenamiento es la pérdida de aroma y sabor. Si lo dejamos en las condiciones equivocadas, poco a poco irá perdiendo los aceites y elementos que hace que tengamos una deliciosa taza. Así que, si era un aspecto al que no le prestabas mucha atención, quizás es hora de empezar a hacerlo.

No escoger la taza adecuada

No es por nada que existe una taza de café para cada tipo de preparación. No solo porque van de acuerdo a la cantidad de café que deseas, sino porque de esta depende cómo se conservará después de preparado.

Si eres de los que prefiere las preparaciones frías, entonces no hay tanto problema con el tipo de taza. Pero, si quieres disfrutar de un buen café caliente, es mejor que revises en cuál lo estas sirviendo. Las tazas muy delgadas hacen que la bebida se enfríe muy rápido, lo cual es muy molesto si estamos mentalizados para esperar lo contrario.

El material también es importante, pues hay uno que conservar mejor el calor que otros. Los mugs de cerámica gruesa y los de acero inoxidable son las mejores opciones para que no terminemos con un cold brew indeseado.

Recalentar varias veces el café

Siempre hemos dicho que el café recién preparado sabrá mucho mejor. Podrás sentir su frescura, y todo el sabor y aroma que desprende en todo su esplendor. Pero, puede pasar que justo cuando está listo, tengamos algo que hacer y no lo podamos disfrutar de inmediato. Así que, queda ahí preparado y quién sabe por cuánto tiempo. Esto hace que se enfríe y que tengamos la necesidad de recalentarlo. Pero, ya no sabrá igual. Hacer esto, sobre todo varias veces, hace que el café empiece a saber mal. Es lo mismo que pasa cuando, después de varias horas, recalientas unas papas fritas. Su delicioso sabor y textura no será igual.

También es posible que, debido a los afanes del momento, tengas que dejar el café preparado por mucho tiempo. Cuando esto pasa, se va volviendo más amargo. Así que, al momento de recalentarlo probablemente sepa peor.

Por suerte, no todo es malo y se puede intentar solucionar de varias formas. La mejor es intentar que el café conserve su temperatura original, es decir, que no llegue a enfriarse. Esto se puede lograr dejándolo en su jarra o taza original sobre un calentador de bebidas. Si tienes una cafetera de goteo, también es una buena opción, pues la mayoría tiene placas que calientan el café. Una alternativa más sería dejar el café guardado en un termo de acero inoxidable. Incluso es perfecto si debes salir y no puedes tomar el café en casa.

Nunca cambiar o lavar el filtro

La mayoría de las cafeteras requieren de un filtro de café. No importa si son los de papel o los permanentes. Es una pieza muy importante, pues es lo que evita que la molienda se pase a la bebida y termines con un café con pepitas indeseadas. Por eso, al estar en contacto tan cercano con el café, también puede afectar su sabor.

Los filtros de papel generalmente son desechables. Así que es mejor que no intentes darle más usos de los que tiene. Esto es porque puede que ya no funcione bien y que le de otros sabores al café. Así que, si se trata de tener un filtro con más usos, la mejor opción es tener uno permanente. De hecho, muchas cafeteras ya vienen con este incluido y hasta hay unas que te permiten escoger el tipo de filtro.

Entonces, ahora lo importante es tener en cuenta su mantenimiento. Si no lavas el filtro después de cada preparación, pueden quedar residuos que más adelante provocarían malos sabores en la bebida. Y si pasa con frecuencia, ya empezaría a ser mucho más antihigiénico con otros efectos negativos que no quisiéramos tener.

Pero, además de hacerles limpieza constante, ten en cuenta que todos cumplen un ciclo de vida. Llega un punto en el que, por varios motivos, hay que quitarlo y reemplazarlo por un nuevo.

No hacerle mantenimiento y limpieza a la cafetera

Ya que hablamos de la limpieza de los filtros, no podemos dejar a un lado el de la cafetera. Y es que hacerle un buen mantenimiento a nuestra máquina de café es más fácil de lo que parece. Las que son manuales, muchas veces son aptas para lavavajillas (o al menos alguna de sus partes), o solo requieren que las laves con agua, jabón y una esponjilla adecuada.

Por otro lado, una particularidad de las máquinas de café, es que les puede salir cal. Cuando esta se acumula demasiado, empieza a darle sabor desagradable al café, a obstruir la cafetera, e incluso a provocarle fallas. Por eso, es fundamental descalcificarlas.

Una gran ventaja es que muchas vienen con programas de limpieza y descalcificación. Así que no tienes que hacer casi nada, solo limpiar con cuidado las partes externas o extraíbles, como los tanques de agua. Pero, aunque tu cafetera no tenga dicha función, la mayoría cuenta con botones que indican cuándo es momento de hacer dichos procesos.

Conclusión

Ahora sí, con toda seguridad prepararás siempre el café de la mejor forma. Para muchos es un proceso muy sencillo (y sí lo es), pero eso no quiere decir que no hayan cosas a tener en cuenta. Como buenos amantes del café, merecemos disfrutar de una taza bien hecha. Así que, conocer los trucos y aspectos que conlleva su preparación es fundamental.

Por eso, esperamos que esta completa lista te haya servido como guía, y que de ahora en adelante puedes preparar la mejor taza de café de tu vida.

Compartir